La Vía Rhona en bicicleta.
La Vía Rhôna es una ruta ciclista que recorre más de 800 kilómetros desde el lago Lemán en Suiza hasta el mar Mediterráneo en Francia, desde los Alpes suizos hasta las playas de Port-Saint-Louis-du-Rhône pudiéndose alargar hasta Sète.
Este viaje es una oportunidad única para disfrutar de la belleza natural y cultural de la región del Ródano, promoviendo al mismo tiempo una forma de turismo saludable y sostenible a través de los paisajes alpinos de los Alpes, los viñedos de la Côte du Rhône, los campos de lavanda y girasoles de la Provenza y las áreas urbanas con rico patrimonio histórico, además de zonas naturales como el delta del Ródano.
Datos de interés:
Con inicio en el lago Lemán, en la ciudad de Ginebra (Suiza), termina sus 815 kilómetros en Port Saint Louise, en la costa francesa, a los pies del mar Mediterráneo.
En esta ocasión, una vez llegamos a Sète donde dimos por terminada la Vía Rhôna, seguimos la Euroveló 8 hasta la frontera de Francia con España, y finalizamos el viaje en Palamós (Girona), a través de la ruta Pirinexus.
La realizamos en 11 etapas visitando poblaciones como Montélimar, Aviñón y Agde. La ruta es apta para bicicletas tanto de montaña como de gravel, siendo esta última la ideal, ya que transcurre por carriles bicis bien delimitados y carreteras rurales asfaltadas, y en menor medida por caminos junto al río, a excepción de las dos últimas etapas, que combinan pistas y carretera.
Por otro lado, a pesar de que el número de kilómetros es elevado, se puede dividir en las etapas necesarias adaptándola al nivel del usuario ya que el terreno no es nada técnico, haciéndola apta para todo tipo de ciclistas. La ruta está bien señalizada con los indicadores específicos de la Vía Rhôna, además de proporcionar infraestructuras de apoyo como áreas de descanso, estaciones de reparación de bicicletas, y lugares para comer y alojarse a lo largo de la ruta.
Además de la propia ruta ciclo turista se puede disfrutar de actividades culturales, senderismo, degustación de exquisitos vinos y descubrir la gastronomía local.
Aún con todos los datos prácticos indicados, se recomienda estudiar la ruta a realizar, las etapas con sus puntos de interés y necesidad personal, tanto a nivel de avituallamiento y descanso como las posibilidades de transporte y servicios.
También es importante llevar las herramientas y recambios mínimos, así como agua y protección solar para realizar esta ruta. Llevar casco, luces y seguir las normas de tráfico en todo momento y así prevenir o minimizar accidentes durante las etapas en las que se comparte vía con vehículos motorizados.
Datos útiles y logística:
Nos llevaron en furgoneta hasta la estación de tren de Perpignan.
Este fue el itinerario en Tren:
Perpignan – Narbonne en tren TER. No hace falta reservar billete para la bicicleta ya que tienen espacio destinado para ello.
Narbonne – Montpellier Sant Roch en tren INTERCITE. Hay que reservar espacio para bicicleta al precio de 10€.
Montpellier Sant Roch – Lyon Part – Dieu en tren TGV INOUI, previa reserva de espacio para bicicleta.
Lyon Part – Dieu – Gèneve en tren TER. No hace falta reservar billete para la bicicleta.
En todos los trenes las bicicletas las llevamos sin plegar y sin embalar, ya que tienen espacios para ello.
En total tardamos unas 8 horas de trayecto con tres transbordos.
Historia del Ródano:
El río Ródano tiene una rica historia que abarca miles de años y ha desempeñado un papel crucial en el desarrollo de las civilizaciones a lo largo de sus orillas.
Geografía del Ródano:
El Ródano nace en los Alpes suizos, fluye a través del lago Lemán, y luego sigue su curso hacia el sur a través de Francia hasta desembocar en el mar Mediterráneo. Su longitud total es de aproximadamente 815 kilómetros.
Antigüedad:
Las orillas del Ródano estuvieron habitadas desde tiempos prehistóricos, como lo demuestran numerosos hallazgos arqueológicos. En la época clásica, los griegos establecieron colonias comerciales en la desembocadura del río. Posteriormente, los romanos conquistaron la región y utilizaron el Ródano como una importante vía de transporte y comunicación. Ciudades como Lyon (Lugdunum) y Arlés (Arelate) se desarrollaron como centros comerciales y administrativos bajo el dominio romano.
Durante la Edad Media, el Ródano se convirtió en una arteria vital para el comercio entre el Mediterráneo y el norte de Europa. Las ciudades a lo largo del río prosperaron gracias al comercio y la agricultura. Las ciudades del Ródano, especialmente Lyon, se convirtieron en importantes centros de comercio y cultura durante el Renacimiento.
La llegada del ferrocarril y el desarrollo de nuevas tecnologías afectaron el uso del Ródano como vía principal de transporte. El Ródano jugó un papel estratégico durante la Segunda Guerra Mundial. Sus puentes y rutas fueron objetivos clave durante las campañas militares. En el siglo XX, se construyeron numerosas presas y canales a lo largo del Ródano, mejorando su navegabilidad y permitiendo el desarrollo de la energía hidroeléctrica, el riego agrícola, el transporte y el turismo. El desarrollo de rutas ciclistas como la Vía Rhôna también ha aumentado su relevancia para el turismo sostenible.
El río Ródano no solo ha sido un testigo de la historia europea, sino que también ha moldeado el desarrollo cultural, económico y social de las regiones que atraviesa.
Las etapas:
Etapa 1: Ginebra, lago Lemán – Belley.
La salida se encuentra en el mismo Jet d’Eau, un gran chorro de agua en el lago Lemán, en Ginebra. Tras pedalear por el casco antiguo, en una ciudad aún dormida un domingo a las 8h de la mañana, la dejamos atrás a través de una urbanización donde ya encontramos los primeros rótulos de la Vía Rhôna.
La ruta cruza por pintorescos pueblos como Chancy o Saint-Genix-sur-Guiers, ofreciendo vistas de los Alpes y el Ródano, Chanaz conocida como “la pequeña Venecia” y el canal de Savières, y el último tramo tras un paisaje más rural llegamos a Belley, con su imponente catedral gótica en el casco histórico, y su conexión con Jean-Anthelme Brillat-Savarin, famoso gastrónomo francés.
Etapa 2: Belley – Chavanoz.
La etapa de la Vía Rhôna que va de Belley a Chavanoz te llevará a través de paisajes rurales, áreas naturales protegidas y pequeños pueblos pintorescos como Moristel, La Balmes-les-Grottes que ofrece unas vistas espectaculares de las formaciones rocosas y Crémieu, precioso con su casco antiguo medieval y calles adoquinadas.
Esta etapa ofrece una mezcla de caminos dedicados a bicicletas y carreteras secundarias con poco tráfico, hasta nuestra llegada a Chavanoz.
Etapa 3: Chavanoz – Saint Rambert d’Albon.
La etapa de Chavanoz a Saint-Rambert-d’Albon en la Vía Rhôna es una oportunidad para disfrutar de la diversidad paisajística y cultural de la región de Auvernia-Ródano-Alpes.
Desde la tranquilidad de las áreas rurales hasta la ciudad de Lyon y lugares históricos como Vienne. Cada tramo de esta ruta ofrece algo especial. Este recorrido no solo es un viaje en bicicleta, es una inmersión en la historia, la naturaleza y la gastronomía de una de las regiones más encantadoras de Francia.
Su recorrido transcurre por un carril bici bien indicado y muy tranquilo, aunque la llegada a Lyon es un poco estresante, ya que transita por un polígono industrial hasta la llegada al centro, donde transcurre paralela al río compartido con peatones.
Esta ciudad es conocida por su rica historia, gastronomía y cultura. Puedes visitar el casco antiguo, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, la Basílica de Notre-Dame de Fourvière, y el famoso mercado Les Halles de Lyon-Paul Bocuse.
La salida de la ciudad, por un tramo de carretera con tráfico moderado y carril compartido en algunos tramos, nos llevó hasta Vienne a través de pequeños pueblos de carácter agrícola.
Los últimos kilómetros hasta Saint Rambert d’Albon se realizan a través de una vía verde y caminos rurales, muy tranquilos y con muy poco tráfico.
Cabe destacar que, en todo momento, encontraremos los rótulos indicando La Vía Rhôna con las poblaciones siguientes y a cuántos kilómetros se encuentran.
Etapa 4: Saint Rambert d’Albon – Montélimar.
Esta etapa combina caminos rurales, carreteras con escaso tráfico, parajes naturales e interesantes poblaciones.
Una vez que dejamos Saint Rambert d’Albon atrás, recuperamos a escasos kilómetros la pista ciclable paralela al Ródano que nos llevará Tain-l’Hermitage y Tournon-sur-Rhône. En esta área, puedes disfrutar de los famosos viñedos de Hermitage y visitar la histórica ciudad de Tournon-sur-Rhône, con su castillo y puentes históricos. Además, si eres un amante del chocolate, en Tain-l’Hermitage encontrarás la fantástica Cité du Chocolat ValRhona, ¡una delicia!
El siguiente municipio es Le Pouzin, un lugar tranquilo para hacer un pequeño descanso antes de la llegada al fin de etapa: Montélimar.
Conocida como la capital del nougat, Montélimar ofrece una encantadora mezcla de historia y cultura. Puedes visitar el Château des Adhémar, pasear por el casco antiguo y probar el famoso nougat local.
Etapa 5: Montelimar – Aviñón.
Esta etapa tiene un aliciente añadido y es que dejamos atrás la Auverne-Ródano-Alpes, para entrar en la región de Provenza-Alpes-Costa Azul, conocida por sus paisajes pintorescos, patrimonio cultural y viñedos.
La ruta sigue siendo llana por lo que no reviste ninguna dificultad, haciendo que visitar las poblaciones que atravesamos como Viviers, Pont-Saint-Esprit, Caderousse, sea muy agradable entre campos de lavanda, hasta la llegada a Aviñón por un carril bici bien delimitado entre viñedos y campos agrícolas.
Aviñón es una ciudad con un patrimonio histórico y cultural muy importante. Además, se puede disfrutar de una gastronomía deliciosa, amenizada con los vinos de la Côtes du Rhône ¡simplemente impresionantes!
Como visitas recomendadas en este destino de renombre mundial, aconsejamos: Palacio de los Papas, el Puente de Aviñón también llamado Puente Saint Bénézet, y el casco antiguo medieval de la ciudad.
«El gran vino requiere un hombre loco para cultivar la vid, un hombre sabio para cuidarlo, un poeta lúcido para hacerlo, y un amante para beberlo». Salvador Dalí.
Etapa 6: Aviñón – Aigues-Mortes.
Al final del Pont du Rouyame, seguimos las indicciones haciendo un bucle bajo el puente, para llegar a una pequeña carretera en sombra paralelo al Ródano.
El siguiente municipio que encontramos es Aramon. Mientras continuamos zigzagueando por pequeñas carreteras entre viñedos y huertos antes de incorporarnos a la vía verde del Puente del Gard que nos lleva hasta Beaucaire, ciudad de arte e historia en el cruce del Languedoc y la Provenza, así como, al puerto deportivo de Bellegarde.
La ruta continua por camino de sirga del canal del Ródano a Sète, un recorrido fácil y agradable muy al estilo Canal del Midi, para finalmente tomar pequeñas carreteras y enlazar con la llanura de Camarga, en medio de cultivos y canales de riego.
A los pies de las colinas de Costières, Saint-Gilles, el tramo final a través del corazón de la Camarga hasta la ciudad amurallada de Aigues-Mortes es especialmente pintoresco, con vistas a marismas, arrozales y, si tienes suerte, flamencos y caballos salvajes.
La ciudad de Aigues-Mortes es una preciosa villa con calles adoquinadas, famosa por su muralla y torres bien conservadas, salinas y repleta de tiendas y negocios de restauración donde seguir disfrutando de la gastronomía y vinicultura de la región.
Etapa 7: Aigues-Mortes – Agde.
La etapa de Aigues-Mortes a Agde sigue por caminos de sirga, bien indicados y llanos, en diferentes estados de mantenimiento pero que no revisten dificultad.
Las poblaciones que atravesamos en esta ocasión al salir de Aigues-Mortes son Le Grau-du-Roi, La Grande-Motte, Palavas-les-Flots, Frontignan famosa por su vino dulce llamado Muscat de Frontignan y Sète conocida como la “Venecia del Languedoc” y con una gran afluencia de turismo que además da fin a la Vía Rhôna, y la llegada a Agde a través del Canal de los dos Mares resulta muy entretenida.
La experiencia ciclista en este trayecto vuelve a variar considerablemente de las anteriores etapas ya que transcurre a través de humedales, paisajes costeros y villas costeras de la región de Occitania.
Agde es una de las ciudades más antiguas de Francia ya que fue fundada por los griegos. Se puede visitar la Catedral de Saint-Étienne y el Chalet Laurens, la máxima expresión del modernismo.
Etapa 8: Agde – Port-la-Novelle.
Desde Agde cogemos el Canal del Midi en dirección a Béziers, hasta el municipio de Cers donde nos desviamos en dirección Serignan para enlazar con el Canal de la Robine, un camino de sirga poco cuidado a través de estanques y humedales, en los que encontramos Saint-Pierre-la-mer, Narbonne-Plage, Gruissan con la Reserva Natural de Santa Lucía y finalmente, la llegada a Port-la-Nouvelle.
Todos ellos son pequeños municipios con puertos pesqueros, tranquilos y de segundas residencias familiares. Por todo ello, la llegada a Port-la-Nouvelle resulta muy tranquila de la misma manera, que la estancia en ella. Una larga y amplia playa, negocios turísticos de costa, restaurantes y mucho turismo familiar.
Etapa 9: Port-la-Nouvelle – Argelès-sur-mer.
Salimos de Port-la-Nouvelle muy temprano para aprovechar las horas antes de que el sol apretara. El paisaje sigue siendo marítimo y turístico. En esta ocasión, ya estamos inmersos en la Euroveló 8, siguiendo la conocida Ruta del Mediterráneo, y por ello, encontramos las poblaciones de Leucate, Port Leucate, muy conocido por sus chiringuitos de marisco y en especial venta de ostras a un precio excepcional.
También cruzamos los estanques naturales de Leucate y Salses que nos llevarán hasta Canet-en-Roussillon para, a través de carriles bicis y carreteras de escaso tráfico, con magníficas vistas al mar y las montañas, llegar a Argelers-sur-mer.
Argelès-sur-mer dispone de un casco antiguo adoquinado, peatonal con numerosos comercios con productos de gran calidad, casas coloridas y es un buen punto de partida para explorar los Pirineos Orientales.
Etapa 10: Argelès-sur-mer – Castelló d’Empúries.
La salida de Argelès-sur-Mer resultó muy fácil al estar muy bien indicadas las señales de la Euroveló 8. Transcurre por un carril bici bien delimitado, paralelo a una carretera, aunque en algún tramo se comparte, no revistiendo ninguna dificultad.
En pocos kilómetros se llega a Le Boulou, seguimos a Maurellais-las-Illas para subir por el collado de Panissars.
La dificultad de esta etapa reside en el desnivel que hay que salvar para cruzar la frontera, con los kilómetros acumulados, y que, una vez llegados al alto del collado, el asfalto se termina para dar paso a una pista de tierra rota y en muy mal estado.
En este punto ya le llaman Pirinexus, una de las rutas cicloturista por excelencia de Catalunya que, si bien dispone de etapas muy bellas, esta parte deja mucho que desear. La falta de inversiones e imaginamos que el desinterés de algunas administraciones, hacen que este tramo reclame una mejora inminente para estar a la altura de la mayoría de ciclovías europeas. Toca bajarse de la bicicleta y empujarla en distinto tramos ya que, debido a la roca, piedra suelta y desniveles tanto en subida como en bajada, es imposible ciclar.
Otra decepción, una vez cruzada la frontera, y siguiendo la ruta Pirinexus, es la entrada al municipio de La Jonquera, a través de un sendero paralelo al río, únicamente marcado por el camino que abren ciclistas y senderistas, para acabar cruzando un pequeño túnel que salva la carretera, con diferentes desniveles y sin luz, lo que lo hace muy peligroso.
Una vez superado el desencuentro, hay que subir una carretera, para dos kilómetros después coger una pista que nos llevará en dirección Castelló d’Empúries, cruzando antes los municipios de Capmany, Massarac, Peralada y finalmente, Castelló d’Empúries.
En esta población del Alt Empordà se debe de visitar la basílica de Sta. María y el casco antiguo con sus estrechas calles adoquinadas.
Etapa 11: Castelló d’Empúries – Palamós.
El recorrido desde Castelló d’Empúries hasta Palamós por la Pirinexus ofrece una combinación perfecta de cultura y naturaleza. Es una oportunidad para descubrir la rica historia de la región en la que destaca la vinicultura con su DO Empordà, los campos de manzanos, las anchoas de L’Escala y sus ruinas grecorromanas en Empúries, o la gamba de Palamós, y maravillarte con la diversidad de paisajes, desde los humedales del Empordà, el parque natural del Montgrí y las Illes Medes, playas y pueblos medievales como Albons, Gualta, Sant Feliu de Bodada y Sant Julià de Boada entre otros muchos. La tradición corchera de Palafrugell y el puerto pesquero de Palamós con su museo de la Pesca.
Todos estos lugares recorridos por senderos y carreteras secundarias con tráfico escaso, y algún carril segregado. Con servicios en cada uno de ellos tanto de restauración como de hostelería y cada uno de ellos con su patrimonio histórico y cultural.
¨Vía Rhôna. En sus orillas se erigen ciudades encantadoras, como Arles y Aviñón, en sus llanuras aluviales habitan castores y vagan nutrias de río, mientras que en sus brazos, que forman el delta de la Camarga, los flamencos se pavonean entre las salinas y los caballos blancos deambulan libres. El Ródano es el epítome de la sensualidad. Un río para sibaritas y para los que saben apreciar las cosas buenas de la vida. El Ródano huele a lavanda y hierbas. Sin duda, un lugar para disfrutar del savoir vivre.”
Fuente: https://riverside-cruises.com
Alojamientos:
Para este viaje, debido al elevado número de kilómetros, decidimos ir sin reserva previa e improvisar en función de los kilómetros diarios realizados o el interés del lugar en el qué realizar el final de etapa.
Por ello, nos alojamos en su mayoría en hoteles de la cadena Ibis. Para nosotros es un seguro durante nuestros viajes por Francia; servicio de calidad, buena relación calidad-precio, desayunos a partir de las 06:00h de la mañana y nunca ponen problemas a la hora de guardar la bicicleta en un lugar seguro, o incluso ofrecer una habitación más grande y poder guardarla con nosotros.
De todas maneras, nos gustaría destacar los siguientes hoteles en los que también nos alojamos:
Chavanoz: L’Auberge du Rhône.
Situado en la entrada de Chavanoz, se encuentra este hotel que es toda una sorpresa. Dispone de una jardín para descansar, un amplio salón con servicio de bar.
Las habitaciones son muy amplias, cómodas y totalmente silenciosas, ofreciendo un muy buen descanso. Además, es bikefriendly y dispone de un lugar donde guardar las bicicletas.
Sirven los desayunos a partir de las 07:00h muy completos y variados con quesos de la región, embutidos, la tradicional vienoisserie y también ofrecen huevos fritos, tortilla, escalfados….
Queremos agradecer en especial la atención de su propietario, que nos ofreció su colaboración para facilitarnos la estancia. También al personal tanto de recepción como del desayuno por su amabilidad y atención.
Agde: Hotel Yseria – Historical Center.
Situado en el centro de Agde en un edificio histórico totalmente reformado. Habitaciones muy amplias y diferentes estancias en el edificio para desconectar como un salón o un rincón de lectura. Además, es bikefriendly y dispone de un gran garaje donde guardar las bicicletas.
Sirven los desayunos a partir de las 07:30h muy completos y variados.
Cabe destacar la amabilidad y simpatía del personal en todo momento, y la predisposición para hacer que nuestra estancia fuera memorable.
Los desayunos de este hotel son magníficos, acorde con las instalaciones y la amabilidad de sus dueños.
Aigues-Mortes. Maison des Croisades.
Situado al otro lado del río, frente a la zona amurallada de la población, dispone de garaje para guardar las bicicletas. La habitación es muy cómoda en un lugar muy silencioso por lo que ofrece un descanso seguro.
Totalmente recomendable.
Castelló d’Empúries. Hotel Canet.
Situado en el centro del casco antiguo, se trata de un hotel bikefriendly, con un almacén donde guardar las bicicletas y en el que además ofrece la posibilidad de cargarlas si la llevas eléctrica a coste 0.
Dispone de piscina en un edificio histórico a 100m del hotel, espectacular.
Las habitaciones son correctas con todas las comodidades necesarias y la zona muy silenciosa durante la noche. Además, en el restaurante ofrecen comidas y cenas con una carta de comida tradicional mediterránea, muy buenas y con un precio-calidad más que correcto.
Destacar el desayuno en la terraza de la cuarta planta con vistas panorámicas 360º de la población de Castelló d’Empúries.
Restaurantes:
Montelimar. Napoleone Pizzeria.
Situada frente al Hotel Beausoleil Motélimar, en pleno boulevard du Pêcher, ofrece comida italiana de muy buena calidad. La carta de vinos también es interesante y el servicio rápido, amable y muy simpático. ¡Os recomendamos la lasaña!
Aviñón. Au Coeur des Vins – Bar à vin Épicerie fine
Situado en el corazón del casco antiguo de Aviñón, es un pequeño restaurante con una decoración exquisita en el que también se puede tomar un vino con una tabla de quesos o embutidos. Destacar la carta de vinos franceses, el ambiente que lo frecuenta y la simpatía del personal ofreciendo su ayuda y conocimientos para ayudarnos a escoger el mejor vino.
Port-la-Nouvelle. Le Mazagan
Situado en el paseo marítimo, con una terraza frente a la playa, encontramos este hotel-restaurante con comida árabe-francesa. Nos sorprendió gratamente el recibimiento del camarero, y acertamos de pleno con el tajine de pollo con legumbres y cous-cous, y la ensalada de lentejas. Todo delicioso y el trato inmejorable.