Pedaleando con cabeza: normas que todo ciclista debería conocer (y respetar)
Salir en bicicleta es, para muchos de nosotros, mucho más que una forma de movernos. Es una forma de vivir, de viajar, de conectar con el entorno y con uno mismo. Pero también implica una responsabilidad: la de circular con respeto, tanto hacia los demás como hacia nuestra propia seguridad.
En este artículo queremos compartir algunas de las normas de circulación que afectan a quienes nos movemos en bicicleta por España. Algunas pueden parecer obvias, otras quizá no tanto. Lo importante es conocerlas, porque forman parte de ese arte de pedalear con conciencia que defendemos desde Pedaleando el Mundo.
1. Nada de móviles ni auriculares.
Nos gusta rodar con todos los sentidos. Y no es solo una cuestión poética: está prohibido usar el móvil o llevar auriculares mientras montamos en bici. Escuchar música puede parecer inofensivo, pero limita nuestra percepción del entorno.
La multa puede llegar a ser de 200€
2. Las señales de tráfico también son para nosotros.
Los semáforos, los stops, las limitaciones de velocidad… No son solo cosa de coches. Como ciclistas, también debemos respetarlas. Saltarse un semáforo en rojo no es solo peligroso, sino que puede suponer una sanción considerable.
Saltarse un semáforo nos puede acarrear entre 150 y 500€ de multa.

3. En los pasos de peatones, a pie.
Es fácil confundirlos con los pasos para ciclistas, pero no son lo mismo. En los pasos de peatones, no tenemos prioridad y debemos bajarnos de la bici para cruzar andando. Es un gesto simple que mejora la convivencia en la ciudad.
No hacerlo puede conllevar una multa de 200€
4. La acera no es para rodar
A menos que esté específicamente señalizada como carril compartido, la acera está reservada para los peatones. Circular por ella en bici puede ser motivo de sanción, pero sobre todo, puede generar conflictos innecesarios.
Circular por la acera: hasta 100€

5. Casco en carretera: sí, pero con matices.
El casco es obligatorio fuera de poblado, salvo en tres excepciones:
– Subidas prolongadas
– Por razones médicas
– En condiciones de calor extremo
Aun así, nosotros lo llevamos siempre. No por obligación, sino por sentido común.
Circular sin casco cuando es obligatorio: 200€
6. El arcén, nuestro carril.
En carretera, debemos circular por el arcén derecho siempre que sea practicable. Solo podemos usar la calzada en descensos prolongados, si las condiciones lo permiten. No se trata de ceder espacio, sino de ganar seguridad.
Ocupar la calzada cuando es posible circular por el arcén: 200€
7. Alcohol y drogas: tolerancia cero.
Pedalear con una copa de vino en el cuerpo puede parecer algo romántico o mediterráneo, pero la ley es clara:
– Alcohol: Los ciclistas debemos cumplir los mismos límites que los conductores de vehículos a motor.
Tasa máxima de alcohol en sangre: 0,5 g/l
Tasa en aire espirado: 0,25 mg/l
– Drogas: Está completamente prohibido circular en bici bajo los efectos de estupefacientes. Las sanciones pueden ser muy graves, incluyendo la retirada del carnet de conducir (si se posee) y fuertes multas económicas.
Multa: variable según la infracción, pero severa

8. Circular en grupo: coordinación y visibilidad
Quienes hemos recorrido caminos en buena compañía sabemos que pedalear en grupo tiene algo especial. Pero también exige atención y respeto a la norma:
Dos en paralelo: Está permitido circular en paralelo, es decir, dos ciclistas juntos en el mismo carril. Eso sí, solo cuando no se comprometa la seguridad del resto de usuarios de la vía. En tramos con mala visibilidad o tráfico denso, se recomienda circular en fila india.
Rotondas y cruces: Cuando circulamos en grupo, se nos considera una sola unidad. Esto significa que, si el primer ciclista entra en una rotonda o cruce, el resto del grupo tiene prioridad para seguir pasando, como si fueran los vagones de un tren.
Pedalear con elegancia es también pedalear con respeto.
Estas normas no son un capricho. Son una guía para convivir, para protegernos y para seguir disfrutando de la bicicleta como forma de vida. Porque quien ama lo que hace, cuida de ello. Y cuidar nuestra forma de circular es cuidar la experiencia del viaje, del camino… y de los demás.