Los Canales de Urgell en bicicleta.

Los Canales de Urgell en bicicleta.

La ruta de los Canales de Urgell en bicicleta se encuentra en la provincia de Lleida. Se trata de un área conocida por su impresionante red de canales de riego que se extienden a lo largo de la llanura de Urgell, una región agrícola fértil.

Además de su importancia agrícola, los Canales de Urgell en bicicleta también son conocidos por su belleza paisajística.

Los canales serpentean a través de campos verdes y paisajes rurales, creando una estampa pintoresca que atrae a visitantes interesados en la naturaleza y la historia agrícola de la región.

En este sentido, la podríamos comparar con la Penedés 360 en bicicleta, en la cual también descubrimos paisajes agrícolas, en este caso vinícolas, a través de una región, el Penedés.

El canal de Urgell en bicicleta.
Estos paisajes serán una constante a lo largo de este recorrido.

El Canal de Urgell también ofrece oportunidades para actividades al aire libre, como senderismo, ciclismo y observación de aves, así como la posibilidad de disfrutar de la gastronomía local en los pueblos cercanos.

En resumen, es un lugar que combina historia, naturaleza y cultura, y es un destino interesante para explorar a golpe de pedal. Nosotros lo hemos querido recorrer, esta vez en mountain bike para disfrutar de un lugar con mucho encanto.

Datos útiles.

Esta ruta comienza y termina en la pequeña localidad de La Rápita, a escasos tres kilómetros de Balaguer. Un buen lugar en donde aparcar el coche, ya que es un sitio muy tranquilo.

Pasamos por varios pueblos durante el trayecto, así que tanto el agua como la comida no será ningún problema. Cualquier época es recomendable para hacer este recorrido, aunque al haber pocas sombras, procurar evitar los meses más calurosos o en su defecto, llevar aporte extra de agua. Es una ruta muy llana y fácil de recorrer.

Se puede realizar con cualquier tipo de bicicletas excepto la de carretera, ya que la mayoría de la ruta pasa por caminos de grava en buen estado.

El Canal de Urgell en bicicleta.
Un gran patrimonio de valor cultural y paisajístico nos regala esta ruta.

Historia del canal.

El Canal de Urgell es una infraestructura hidráulica histórica situada en la región de Cataluña, en el noreste de España. Su historia se remonta a la época medieval y está estrechamente ligada al desarrollo agrícola y económico de la comarca de Urgell.

El origen del Canal de Urgell se encuentra en la necesidad de aprovechar los recursos hídricos disponibles para el riego de los campos y cultivos en una zona con un clima predominantemente seco. Los primeros intentos de construcción de canales para el riego datan de la época romana, pero fue durante la Edad Media cuando se consolidó el sistema que conocemos hoy en día.

El Canal de Urgell en bicicleta.

El desarrollo del Canal de Urgell se atribuye principalmente a la labor de los monjes cistercienses del Monasterio de Vallbona de les Monges, quienes a lo largo de los siglos XII y XIII llevaron a cabo la construcción y ampliación de una red de canales para transportar el agua del río Segre a las tierras de cultivo de la comarca de Urgell. Estos canales permitieron mejorar considerablemente la productividad agrícola de la región y contribuyeron al crecimiento económico de las comunidades locales.

A lo largo de los siglos, el Canal de Urgell experimentó diversas modificaciones y ampliaciones para adaptarse a las necesidades cambiantes de la agricultura y la población. En el siglo XIX, con la llegada de la revolución industrial, se realizaron importantes mejoras técnicas en el sistema, como la construcción de presas, acueductos y estaciones de bombeo para aumentar la capacidad de riego y garantizar un suministro constante de agua a los campos.

En la actualidad, el Canal de Urgell sigue siendo una pieza fundamental en la gestión del agua y el desarrollo agrícola de la comarca. Además de su función original de riego, también se utiliza para la generación de energía hidroeléctrica y como recurso turístico y cultural, atrayendo a visitantes interesados en conocer su historia y su impacto en la región.

Las etapas:

 La Ràpita – Arbeca.

Esta primera etapa arranca desde la pequeña población de La Ràpita, pegada a la ciudad de Balaguer, y ya desde el principio empezamos a rodar muy llano y fácil paralelos a uno de los muchos canales auxiliares, y aunque debido a la pertinaz sequía que está sufriendo últimamente esta zona, la verdad es que los paisajes son muy atractivos.

Tras pasar Linyola, llegamos al Estany d’ Ivars i Vila-Sana, una antigua laguna que originalmente tenía una alta concentración de sal, pero que tras la construcción del los canales de Urgell, supuso una aportación de agua dulce.

Y tras la recuperación de todo este espacio a partir de 2005, se ha traducido en un retorno tanto de las condiciones paisajísticas como de unas condiciones ideales para que vuelvan a habitar diferentes especies de aves y animales de ribera, entre otros.

El canal de urgell en bicicleta.
Llegando al Estany d’ Ivars.

Al salir de Mollerussa, una ciudad animada, bien comunicada y con un montón de restauración y comercios para recuperar fuerzas, nos espera una parte agreste y divertida ya que hay continuos sube y baja.

Y así, a golpe de pedal, pasamos por diversas localidades con más o menos encanto hasta volver a coger el canal y llegar al destino de esta primera etapa, la pequeña población de Arbeca, en donde pasamos noche.

Nosotros esta vez nos alojamos en el Hostal La Placeta, ubicada en una casa rural del Siglo XIX, junto enfrente de la iglesia, en donde tienen lugar para guardar las bicis, las habitaciones son muy amplias, y el desayuno nos resultó excelente.

Para cenar fuimos a la Braseria Joventud, a escasos cien metros del Hostal y en donde el ambiente, la comida y los precios son insuperables. Nos agradó mucho.

Entada del Hostal La Placeta. Un lugar ideal para pasar la noche.

Arbeca – La Ràpita.

Tras desayunar en el Hostal, preparamos las bicis y después de callejear por Arbeca, salimos de este bonito pueblo para ya encarar el canal, en donde parece que esta parte lleva más agua, lo que hace que la ruta sea más entretenida y más atractiva.

Primeros kilómetros de la segunda etapa.

Poco después, llegamos a la fortaleza de los Vilars de Arbeca, un antiguo yacimiento íbero que vale la pena visitar.

Hace 2700 años una tribu de ilergetes levanta su asentamiento en una llanura cerca de la actual Arbeca (Les Garrigues). Es un buen lugar para cultivar la tierra. Pero a pesar de la placidez del lugar, los ilergetes temen los ataques enemigos y por eso levantan una imponente fortificación casi inexpugnable.

Esto convierte a Els Vilars en una construcción única en el mundo ibérico catalán y europeo y uno de los puntos imprescindibles de La Ruta de los Iberos.

De forma ovalada, la fortificación estaba totalmente amurallada y disponía de torres de vigilancia. Para acceder a ella sólo había dos puertas de pequeñas dimensiones. Si entrar en el asentamiento era difícil, acercarse tampoco era tarea fácil: ante los muros, una barrera de piedras clavadas en el suelo (chevaux-de-frise) impedían el paso de forasteros a pie o a caballo. Unos grandes fosos completaban las obras defensivas. En el interior, las viviendas se organizaban alrededor de una plaza presidida por un gran pozo.

La Fortaleza dels Vilars.

Todas estas estructuras son visibles actualmente, gracias a los trabajos de restauración y conservación del yacimiento. Visto desde el aire, se puede apreciar perfectamente su planta ovalada y los límites de las casas rectangulares que acogían el centenar de habitantes que tuvo Els Vilars.

Los ilergetes vivieron allí durante 400 años y abandonaron el lugar de forma abrupta. El porqué aún es hoy un misterio. Su fortaleza tan singular se ha convertido en uno de los referentes íberos de la Península.

Fuente:gentcat.com

Tras esta pequeña e inesperada visita, seguimos paralelos al canal, y arribamos a la pequeña localidad de Preinaxa, en donde visitamos el centro y su preciosa iglesia, con unas vistas increíbles de toda la llanura.

Continuamos por campos de cultivo y llegamos por un pequeño tramo de carretera a la ciudad de Tàrrega, en donde aprovechamos para hacer un café y admirar el rico patrimonio de Tàrrega, que incluye la antigua villa medieval, la ermita de Sant Eloi con sus vistas panorámicas, el emblemático Palacio de los Marqueses de la Floresta y la Iglesia de Santa Maria del Alba, que con sus pinturas murales, es una obra de arte en sí misma.

Puerta de la Iglesia, en Preinaxa.

Salimos de Tàrrega, y siguiendo las flechas del Camino de Santiago catalán, llegamos a una parte muy entretenida, ya que unos tramos de bajada harán que devoremos kilómetros muy rápido,

Y así, pasando por pequeñas poblaciones, campos de cultivo, y zonas de viñedos, llegamos a La Ràpita, punto y final de nuestra particular ruta de los Canales de Urgell, en donde hemos podido nutrirnos de sus paisajes, de la amabilidad de las personas que nos hemos ido encontrando por el camino, de la gastronomía típica de la zona, y de una magnifica construcción que lleva agua de regadía a toda la zona, lo que le da un valor añadido a esta región.

Llegando a Tàrrega.

Ruta descargable en Wikiloc:

Ruta descargable en Koomot:

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