La Vía Verde del Ferrocarril Vasco Navarro.
La Vía Verde del Ferrocarril Vasco-Navarro revive la huella de aquel tren de vía estrecha tan querido por todos, que uniera Estella con Bergara pasando por Vitoria. De El Trenico hemos heredado un trazado sorprenderte que en Navarra y Álava recorre las comarcas de Tierra Estella, la Montaña Alavesa y la Llanada Alavesa.
Datos de interés.
La Vía Verde del Ferrocarril Vasco Navarro tiene una longitud total de 96 kilómetros, desde la ciudad de Estella hasta el Puerto de Arlabán, en donde acaba por ahora esta Vía Verde. Si quisiéramos enlazar con el tramo de Gipuzkua que lleva a Bergara y Oñati, se deberán hacer 9 kilómetros por la carretera GI-627 con fuerte repechos. Nosotros hicimos la clásica ruta de Estella a Vitoria con 76 kilómetros de longitud.
En su totalidad la vía transcurre por carriles bici, carreteras asfaltadas y caminos de tierra compactada lo que hace que sea una vía fácil y adecuada para todo tipo de bicicletas excepto las de carretera.
La parte más complicada de la ruta es que para evitar el túnel de Laminoria, (actualmente está cerrado por peligro de derrumbe) deberemos desviarnos por un tramo alternativo de 9 kilómetros hacia el puerto de Gereñu con alguna que otra buena rampa, aunque eso si, le añadirá un toque épico a la ruta.
La infraestructura total es de 14 puentes, 1 paso superior y 4 pasos soterrados bajo la carretera. No es imprescindible llevar luces para utilizar en los túneles aunque si aconsejable. Durante el camino encontraremos localidades con todo tipo de servicios así como muchas áreas de descanso en ruta.
Se puede llegar en tren a Vitoria y desde allí coger un autobús de línea regular hasta Estella, el cual para en todas las localidades de la ruta, o acceder a Estella, seguir la ruta en bici hasta Vitoria y de aquí retornar en autobús a Estella.
Historía del Ferrocarril Vasco Navarro.
El Ferrocarril Vasco-Navarro es, sin ninguna duda, la línea férrea de vía métrica más importante que nunca ha existido en la Península Ibérica. Sus 143 kilómetros de vía electrificada y completamente automatizada hicieron de él uno de los trenes más modernos de Europa en los años treinta. A esto habría que añadir el hecho de que era una línea construida sobre una orografía claramente adversa, que superó grandes obstáculos naturales con obras de ingeniería de primer nivel. De forma global, se puede considerar como una de las obras de ingeniería más importantes de la CAPV.
Fue un eje de comunicación de una gran importancia para el desarrollo industrial de las zonas que atravesaba, tanto por el servicio en el aprovisionamiento de materias primas como a la hora de dar salida a los productos manufacturados tal y como se aprecia claramente en algunas empresas como Unión Cerrajera en el Alto Deba o Asfaltos Naturales de Campezo en Montaña Alavesa, donde las fábricas poseían su propia vía que atravesaba las instalaciones. Tanto es así que la principal fuente de ingresos de este ferrocarril y por lo que alcanzó rentabilidad fue el transporte de mercancías.
Al mismo tiempo, y dentro del desarrollo industrial, este ferrocarril fue fundamental para el transporte de los obreros hasta las fábricas, cuando el transporte por carretera no estaba aún muy desarrollado y los obreros no poseían otro medio de transporte. También fue importante para la economía de los caseríos de la zona de Leintz Gatzaga y Eskoriatza, que utilizaban el ferrocarril para desplazarse hasta Vitoria-Gasteiz todos los jueves a vender en el mercado sus productos agrícolas, y fueron algunos de los que sintieron especialmente la falta de este medio de transporte tras su cierre en 1968.
Fuente: Euskadi.eus
La ruta.
La antigua estación de Estella es nuestro particular Kilómetro cero de la Vía Verde del Ferrocarril Vasco Navarro, donde otrora partía el Trenico. Este espacio ha sido reconvertido en una moderna estación de autobuses y acoge la oficina de turismo y la sede del consorcio turístico.
Tras callejear un poco, enseguida cogemos la vía verde en si y tras pasar el primer túnel y cruzar por un puente sobre el río Ega ya podremos disfrutar de los inmensos espacios abiertos de esta ruta.
Y así vamos cruzando distintas localidades como Zubielqui, Metauten, Zufía, Murieta y un largo etcétera en las que encontraremos servicios como cafeterías y restaurantes.
Al llegar a Ancín veremos unos bonitos edificios ferroviarios así como la Torre del Agua, la cual podremos visitar.
Entramos en tierra de cultivos de cereal y como no… vastos campos de uno de los productos estrella de estos lugares: El espárrago.
Se sigue en dirección a Zuñiga ya en el kilómetro 27, y tras pasar por una antigua estación en estado ruinoso ya se atisba un nuevo cambio de paisaje, nos desviamos del camino unos metros para entrar en la localidad de Santa Cruz de Campezo, tomar un pequeño tentempié y disfrutar en una soleada terraza, para poco después regresar a la vía verde y llegar a la estación de Antoñana en el kilómetro 38.
Esta antigua estación ha sido reaprovechada para instalar el centro de interpretación de la Vía Verde del Ferrocarril Vasco Navarro y es un punto imprescindible de parada.
En los vagones de tren hay un pequeño museo así como toda la información que necesitamos sobre la Vía Verde y su entorno.
¡Es obligatoria la parada!
Tras salir del centro de interpretación cruzaremos la carretera por una imponente pasarela e iremos alternando túneles, viaductos y pasarelas en este tramo hasta llegar a la preciosa ermita de la Soledad.
En el kilómetro 57, el propio camino nos hará desviarnos para evitar el túnel de Laminoria ya que está cerrado por derrumbes e inundaciones.
El paso alternativo es una carretera secundaria con unas fuertes rampas hasta desviarnos en dirección a una cantera y tras subir un pequeño collado por carretera ya iniciaremos el descenso hasta Vitoria.
Al llegar a la capital alavesa podemos pasar por su anillo verde y sus excelentes carriles bicis para ir a nuestro destino. Hotel, parada de autobús o de tren, o seguir en dirección al puerto de Arlabán.
Nosotros hicimos noche en la ciudad para visitarla al día siguiente.
Alojamientos.
En Estella estuvimos en Apartamentos Terraza Ega, un esplendido alojamiento tipo apartamento que cuenta con absolutamente todos los servicios y comodidades. La ubicación es perfecta ya que está en una calle peatonal tocando al centro de Estella y por donde pasa el camino de Santiago, muy cerca de la estación de autobuses. Si llegáis en coche hay un parking cercano gratuito.
Los responsables de este alojamiento regentan una panadería justo debajo de los apartamentos con todo tipo de desayunos y comidas. Tienen un lugar para guardar las bicicletas
El lugar elegido en Vitoria fue el Hotel Silken, nos decantamos por él por que estaba algo apartado del centro, a unos diez minutos andando, y así tener un plus añadido de tranquilidad y también para poder trabajar cómodamente por la tarde ya que tienen espacios para ello.
Cuenta con Parking privado y disponen de un espacio especifico para guardar las bicicletas. La recepción está abierta las 24 horas del día.
Visitas turísticas.
Que ver en Estella.
Esta ciudad sin duda alguna, es muy conocida gracias al Camino de Santiago. Está ubicada en la Navarra media, junto al cauce del río Ega, a caballo entre Logroño y Pamplona, y está muy surtida de monumentos y edificios históricos lo que le da un carácter digno de mención.
Iglesia de San Juan.
Situada en la Plaza de los Fueros, se construyó a finales del siglo XIII. Del románico inicial solo queda la portada de la nave del Evangelio. Su fachada principal tuvo que ser reformada tras el hundimiento en 1846 de la torre del campanario. El arquitecto estellés Anselmo Vicuña diseñó la actual portada de estilo neoclásico y fue terminada por Florencio Ansoleaga.
Iglesia de San Pedro de la Rúa.
En 1256 se le otorga el título de Iglesia Mayor de la ciudad. A la iglesia se accede por una escalinata realizada a principios de los años setenta del siglo XX. Destaca el aspecto ascensional que le otorga, no solo su disposición en alto, sino por la verticalidad otorgada por la torre, abierta en su parte inferior por la monumental ventana de tracería gótica.
El cauce del río Ega.
Sin duda un recorrido lleno de sorpresas. Este río nace en la Sierra de Cantabria, recorre tierras navarras y acaba desembocando en el río Ebro.
Plaza de los Fueros.
Punto neurálgico y corazón de Estella. También es conocida como plaza de San Juan o plaza del mercado. Esta plaza alberga bares, restaurantes, vinacotecas y un extenso elenco de comercios. Un lugar ideal para tomarle el pulso a la ciudad.
Que ver en Vitoria.
En cuanto llegues a Vitoria lo primero que notarás es que es una ciudad fácil de recorrer, bien estructurada y muy amable.
Su anillo verde que recorre cinco parques y su extensa red de carriles bici nos hace más fácil la movilidad ciclista a todos nosotros. También cuenta con dos líneas de tranvía y diez de autobuses.
Plaza de la Virgen Blanca.
Centro neurálgico de Vitoria. Por la Cuesta de San Francisco, a los pies de la iglesia de San Miguel, se accede al casco medieval. Verás una estatua de Celedón en la balconada de la iglesia de San Miguel que da a la plaza.
Casco medieval.
También conocido como la almendra. Es casi una obligación pasear por sus calles, lo que en otra época fueron comercios como cuchillerías y juderías hoy en día son bares y restaurantes llenos de gente joven (y no tan joven).
El edificio más importante de esta zona es la catedral vieja.
Plaza de España.
También conocida como la plaza nueva. Al igual que la plaza de la Virgen Blanca es parte del centro urbano y social de esta ciudad. Antes era la antigua zona del mercado medieval, y estaba más allá de las murallas que protegían la ciudad, pero tras el siglo XVIII que se amplian dichas murallas, quedan ubicadas dentro. La plaza suele estar muy concurrida y está llena de terrazas de bares y restaurantes. ¡No os la podéis perder!
De pintxos por Vitoria.
Vale, que si… que no es arquitectura, ni monumentos ni lugares que visitar, pero alojarse en Vitoria y no ir de pintxos es casi, casi un pecado, ya que está elevado a la categoría de religión.
La ciudad cuenta con innumerables bares y restaurantes que luchan constantemente por innovar y diferenciarse del resto de una manera muy original. Es una gran manera de probar la excelencias de la cocina vasca a pequeños bocados.