La mejor nutrición para un viaje en bicicleta.
Viajar en bicicleta te da una libertad difícilmente comparable a otro tipo de viaje, pero hay que tener en cuenta algunos aspectos que ya os hemos detallado en la guía de bikepacking. Además, hemos de mantener una buena y saludable alimentación durante el viaje, ya que los alimentos que consumimos son los que nos darán la energía para ser más eficientes a la hora de afrontar kilómetros, y en esta guía de nutrición en el cicloturismo, te lo contamos.
Lejos de ser nutricionistas o intentar serlo o aparentarlo, simplemente os queremos ofrecer una serie de opciones que a nosotros, tras varios años realizando viajes en bicicleta, nos han servido de mucho en base a nuestra experiencia personal.
Desayuno.
Siempre que podemos escogemos alojamiento con desayuno y así nos aseguramos una buena carga de vitaminas y carbohidratos para empezar el día.
En el hotel o lugar en el que nos hemos alojado, solemos desayunar un bol de frutas variadas, copos de avena y yogur. Si podemos elegimos plátano por los beneficios que conlleva, con una buena carga de minerales, carbohidratos y vitaminas, y lo mezclamos con arándanos, moras o frambuesas si las hubiera ya que los frutos del bosque nos aportan un alto contenido de fibra, vitaminas C, K y A; polifenoles antioxidantes, hierro y manganeso. El yogur contiene proteínas muy útiles para nosotros y tiene una mayor digestibilidad que la leche y los copos de avena, que aporta muchos minerales, como por ejemplo el zinc, el calcio y el hierro.
Esto lo complementamos con un zumo y un café con bebida de avena o avellanas, siempre en caso de que lo tengan. Como segunda opción a este desayuno, en lugares en donde no disponen de fruta, tomamos unas tostadas con mantequilla y mermelada acompañado de zumo y café.
Alimentación durante la ruta.
A media mañana paramos a tomar otro café y dependiendo del desayuno, comer un bocadillo pequeño de jamón, pavo o atún, aunque lo más común es que vayamos ingiriendo a partir de la segunda hora de ruta una serie de frutos secos tales como anacardos, nueces o almendras. Otro alimento ideal para nosotros son los dátiles ya que son ricos en potasio, calcio, hierro y magnesio. Además, son una importante fuente de fibra soluble y una gran fuente de energía.
Todo esto lo complementamos con fruta deshidratada como el coco, la papaya o las fresas. Las compramos a granel y lo distribuimos en bolsas pequeñas con cierre hermético, el cual va en una de las bolsas de cuadro para tenerlos a mano cuando lo necesitamos. También llevamos algún gel y barrita encima, aunque solo como emergencia puesto que no nos gusta consumir en absoluto este tipo de preparados ya que algunos contienen en exceso azúcares o grasas saturadas, entre otros.
Merienda.
Una vez llegados al hotel, seguimos siempre las mismas costumbres: Estirar, ducharnos, preparar el material para el día siguiente, poner toda la electrónica a cargar y tras esto, nos acercamos a cualquier super mercado y compramos algo de fruta como melón, piña o fresas y algún zumo. Con esto lo que conseguimos es hidratarnos y recuperar sales minerales que hemos perdido durante el ejercicio.
Cena.
Si hemos elegido hotel para alojarnos, solemos salir a algún restaurante a cenar y escogemos alimentos ligeros y que tengan gran aporte de vitaminas y grasas saludables, lo que nos permite descansar mejor. El poke de salmón con aguacate, la comida japonesa en su justa medida, cuscús con verduras, pasta en todas sus variedades, y todo tipo de ensaladas y huevos cocidos, por poner un ejemplo. Si elegimos proteína, procuramos que sea vegetal y de vez en cuando también nos comemos alguna pizza en alguna pizzería tradicional de las localidades que visitamos.
Beber y beber para hidratarse bien.
Algo obvio, pero que casi siempre olvidamos hacer. Nosotros llevamos una alarma en los ciclo computadores que nos avisa cada veinte minutos y así nos obligamos a beber cada poco periodo de tiempo. Utilizamos también alguna pastilla de sales que disolvemos en uno de los bidones que llevamos y como os hemos comentado anteriormente, comemos fruta al terminar la ruta para recuperar líquidos y sales. Tampoco falta un bidón de agua en la mesita de noche del hotel cuando nos vamos a dormir. Y por supuesto, no acostumbramos a beber nada de alcohol, quizás una pequeña copa de vino blanco en alguna cena para celebrar algo, pero poco más.